viernes, 13 de noviembre de 2009

La música


Uno de los principales métodos de motivación, universalmente compartidos, es la música. Me ha llegado este vídeo por correo electrónico, que ya hace tiempo ví y me ha vuelto a mover ese sentimiento fraternal envolvente que te hace salir del cuerpo llegándote hasta el alma, pues de eso se trata cuando cambiamos el estado de ánimo (alma). Ya te lo habré contado en alguna ocasión, si notas que te levantas con pocos ánimos, o pésimos, aquellos días en los que has de darte permiso hasta para respirar, pues todo absolutamente te molesta, y que más le vale a quien se te acerque que vaya con sutileza,..., no esperes a continuar con ese estado, ponte música, es la forma más rápida de salir de ese malestar. Si quieres más sugerencias, también funciona muy bien, visualizar un momento entrañable (una foto, una secuencia vivida, un trozo de película,...) y también el recordar frases y consejos de personas queridas, o el olfato: olorar o recordar olores que te trasladan a otro estado, como siempre de ánimo, para elevarlo y sentirte mejor. Tómate tu tiempo, vale la pena.
Esto, como todo, es cuestión de práctica. A medida que vayas avanzando en tu reconociendo como ser humano, con todo lo que ello conlleva: conocerte!, podrás dominar el equilibrio de tus emociones, tus sensaciones,...tu felicidad. Será como saber llevar las riendas de tu caballo y convertirte en un todoterreno nato. Muchas veces es conveniente desaprender y dehabilitar hábitos que tenemos tan cómodamente instalados, que se han automatizado tanto para hacernos bien como para hacernos mal. Si te prestas atención, irás cambiándolos y modificando los que ya no te funcionen con el objetivo que tenías cuando los adquiriste, aquellos que no te hacen sentir bien, aquellos que te la juegan y que, son tan latentes, que quien te quiera utilizar para conseguir cualquier fin, sólo tendrá que pulsar tu interruptor. Cuando tengas el mando a distancia de tus emociones, conseguirás, no tan sólo ser el dueño de tu vida (que no es poco!), sino el trasladar ese comportamiento y bienestar a los que te rodeen.

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