Una de las delicias, como estar en el séptimo cielo,
que he experimentado recientemente, es
un masaje ayurvédico. Fue como un viaje astral, un deleite para los sentidos.
Ya conocía de la medicina ayurvédica, incluso había
tomado preparados de fitoterapia e infusiones que, a modo de remedio natural,
ayudaban sin intervenir en contraindicaciones. (¡Y lo voy alternando!). He leído
unos cuantos libros maravillosos de Deepak Chopra (médico ayurvédico) y
asistido a un seminario que nos ofreció en 2010 en el Forum de Poble Nou (Barcelona).
El masaje, me lo propuso una buena amiga que se ha volcado “full-time”
en la práctica, tanto del masaje ayurvédico, como de un revitalizador Reiki,
reflexología, técnica metamórfica y demás disciplinas que nos aúnen
cuerpo-mente y nos permiten un estado de equilibrio y sanación, tanto interior
como exterior. Los que conocéis del tema, ya sabéis que cuando nuestro interior
sana se refleja en el exterior.
Desde la metafísica, toda dolencia es una expresión de
nuestro cuerpo que llama a un cambio en nuestra actitud y creencias. Eso ya
sabéis que es tarea del coaching, sin embargo, el deleitarnos con esos momentos
y experimentar un masaje cuerpo-alma creo que es tarea imprescindible para
dignificarnos, eso que llamamos “amarnos” y que pocas veces sucede en la
práctica. Ser conscientes y, por lo tanto, coherentes de que nuestra maquinaria
requiere de ciertas “ITV”, ya que es nuestro equipaje para este viaje que es la
vida. Ya veis que podemos elegir el vivir, o el pasearnos por la vida a duras penas…Dureza por no
realizar hacia nosotros esos actos tiernos como lo hemos hecho por nuestros
hijos o recibido cuando éramos bebés. Penas, porque a veces, preferimos
llevar la mochila de sucesos desafortunados, antes que limpiarlos y liberarnos
de ellos. Quizás no recordemos las caricias que recibiéramos siendo bebés, pero
os dais cuenta de la admiración que todos los bebés en cochecito reciben: ¡Qué
monería! ¡Parece muy despierto! ¡Qué tranquilito y feliz se le ve! ¡Mira, mira,
está soñando y dibuja una sonrisa de felicidad que parece estar de
fiesta!...Venimos con mucha andadura, venimos a experimentar, y somos nosotros
los que elegimos hacerlo fácil y sentirnos felices o difícil y sacrificado. Sé que
parece muy bestia decirlo así, pero a medida que te respetes y cuides de ti,
verás como la calidad que ofreces a tu entorno, al mundo y a ti mismo, mostrará
una serenidad y felicidad exuberantes.
Mi experiencia en el masaje ayurvédico recibido por
Fina, la profesional experimentada, como he dicho al principio ha sido
maravillosa. La temperatura ambiente era la ideal, igualmente había preparado
unas suaves mantitas para cubrir el cuerpo a modo de preservar una temperatura
en las zonas que estaban esperando ser masajeadas. La música: cuencos
tibetanos, la brisa del mar, child out; el aroma: incienso ni áspero ni
exagerado; la luz: amenizado por unas velas y elementos difusores; el aceite:
me comentó que había preparado ella misma uno de lavanda, por sus propiedades
tranquilizantes. Lo vertía con sumo
cuidado previo haber probado la temperatura en su muñeca, como lo hacemos
cuando probamos la del biberón antes de darla al bebé. Sus manos firmes y seguras, calibrando la
presión que cada zona, junto a la persona con la que estaba trabajando
requerían. Recuerdo que hicimos el comentario de que el equilibrio de la
presión está en que quien lo recibe lo note, pero no lo sufra.
En la parte de delante me aplicó unos minerales, creo que eran
cuarzos de distintos colores, sanadores y equilibradores de los chacras. Por la
espalda, piedras naturales limadas por las olas del mar, de las que también me
explicó su procedencia, ligada a una experiencia de gratitud por una de sus
obras de ayuda. Tenían mucho mensaje emocional. Por supuesto las había
calentado, de manera que mis lumbares lo agradecieron sobremanera. J
Me indicó que podíamos hablar o estar en silencio, elegí hablar, pues la
tentación de quedarme dormida era grande y quería saborear todo. Sin embargo,
en los últimos minutos cuando las piedras eran las que cogían protagonismo, me
dejé llevar por los sentidos y, acompañada por la luz, los aromas, la música, surgieron una serie de visualizaciones con
imágenes brillantes que querían tomar forma, pero relajé mi mente para reservar
el raciocinio a posteriori.
No os voy a dejar sin la oportunidad de más información
acerca de la profesionalidad y talento de Fina. Actualmente está creando su página
web, sin embargo, eso no impedirá cualquier consulta, solicitud de servicio y/o
información, pues os podéis comunicar con ella por Facebook (clicka aquí).
En su agenda, dado que se dedica a ello por entero, podréis optar por mañanas o
tardes. Ah! Su camilla es súper cómoda!!!
Para los que queráis documentaros, en un aspecto más científico, aquí os dejo un poco de lo que corre por la web, a modo
de “abrir boca”.
Ayurveda significa “La ciencia de la vida”, deriva de dos
palabras Sánscritas "Ayur" que significa vida y "Veda"
ciencia o conocimiento.
El masaje ayurvedico funciona
en distintos niveles para reducir el estrés, mejorar la función inmunológica y
revitalizar el cuerpo. Primero, el masaje relaja, tonifica los músculos y
estimula las glándulas de la dermis para que produzcan hormonas, entre ellas la
serotonina, la cual calma la mente y las emociones. También promueve el drenaje
del sistema linfático, el cual funciona como filtro para el plasma sanguíneo y
desempeña un papel preponderante en la inmunidad.
Con el masaje, el aceite
lubrica el ambiente interno, afloja las toxinas acumuladas y las lleva a las
vías digestivas para ser eliminadas. También estimula el dathu-agni, el fuego metabólico de
cada tejido, intensificando el ojas. Para decirlo en términos occidentales, el
aceite de hierbas mejora la circulación de la sangre, calienta el cuerpo y le
imprime a la piel suavidad natural y brillo. Al mismo tiempo, su aroma
contribuye a equilibrar las emociones, relajar la mente y aumentar los efectos
benéficos del contacto sanador. Los científicos contemporáneos han descubierto
que otro beneficio del masaje ayurvédico es reducir la actividad de los
radicales libres de oxigeno, factores determinantes del envejecimiento celular,
el cáncer y la enfermedad cardiaca.
Actúa en el Marma, que son
núcleos y nudos de conexión de los canales por donde fluye la energía vital o prana. ElMarma es una zona del cuerpo donde se produce una
comunicación entre distintos planos anatómicos, energéticos, nerviosos,
fisiológicos. Es un punto de control del organismo físico permitiendo el
impulso motriz. De acuerdo con el Sushrutra
Samhita los 108 marmas son áreas
muy vulnerables donde se unen los músculos, las venas, los ligamentos, los
huesos y las articulaciones.
Los orígenes del Ayurveda
se remontan a 5000 años. El Ayurveda es mencionado en los “Vedas”, las antiguas
escrituras sagradas de la India.
Los
principios de muchos sistemas de curación natural conocidos hoy en día en el
mundo occidental, como la homeopatía, la nutrición, la acupuntura, la
reflexología y la aromaterapia entre otras, tienen sus raíces en la Ayurveda.
La
Medicina Ayurvédica es reconocida formalmente por la Organización Mundial de la
Salud como un sistema médico tradicional desde 2002.
Ahora os toca a vosotros experimentarlo! Buena semana ;)