Se acerca la primavera. Sabemos que eso comporta un desgaste
corporal y emocional, nosotros somos parte de la naturaleza y también recibimos
y damos. Es una nueva estación, un momento nuevo en nuestro viaje.
En sí, cualquier renacer, es una forma de dejar atrás cosas
que trascienden, que se transforman. Dar paso a lo nuevo dejando ir lo viejo:
transmutar, dejar morir aquello sin poner más apego…
Uno de los síntomas, cuando nos resistimos a cada cambio de
estación, sobre todo primavera y otoño, puede ser la depresión. Es una forma de
rendirse a la ansiedad, al estrés, al agobio, al ahogarte a veces. Coge aire…
No siempre entendemos desde lo pragmático, cognitivo, lo
racional, qué nos está pasando. Nos ayuda mucho renovar el aire de nuestros
pulmones y dejar en manos de nuestros otros centros de consulta (la
inteligencia física, la social, la intuitiva, la espiritual) el momento
conflictivo o tal vez menos agradable. Dejar pasar el momento sin empecinarnos
en entenderlo todo, etiquetarlo o remover.
A veces nos quedamos sin argumentos cuando traspasamos la
barrera de buscar excusas fuera a lo que nos sucede o sentimos. Cuando ya
estamos en ese nivel, podemos comenzar a soltar y no culpar o exculpar a nada
ni a nadie, ni tan siquiera a las circunstancias, que están ahí para darnos una
visión más amplia no experimentada o tal vez experimentada sin tantos recursos
como los que ya atesoramos.
Soltar no es más que permitir nuestro avance sin tanto
lastre ni aquello que, en momentos trascendentales, tildamos de tonterías, pues
hemos malgastado nuestro tiempo de felicidad y amor en otras inversiones menos
fructíferas.
No hay nada como la información, estamos en la era del
conocimiento, por lo que, apelando a nuestra responsabilidad, vamos a ser
nuestros propios sastres, si así lo queremos. Como la información y el conocimiento dan
poder, a continuación desarrollo la sintomatología a distintos niveles de lo
que es una depresión, según Lisa Bourbeau, en su libro “Obedece a tu cuerpo”.
Tal vez así no permitamos
bajar a esa dolorosa estación, siendo sabedores y conscientes. Al tiempo que
detectarlo en alguien amado cercano.
Síntomas físicos
Los principales síntomas de la depresión son la pérdida de interés
y de placer en las actividades habituales, un sentimiento de desesperación o de
abatimiento asociado a la fatiga o a una disminución de energía, menor capacidad
de concentración, indiferencia, desinterés, desánimo, repliegue sobre sí mismo
y rumiación mental. Por lo general, el individuo que la padece no quiere pedir
ayuda; prefiere que los demás sean quienes cambien. Duerme mal, incluso con la
ayuda de somníferos. Habla poco y tiene tendencia a huir del mundo. Con
frecuencia se confunde la depresión con el agotamiento.
Síntomas emocionales
La depresión es el medio que una persona utiliza para no sentir presión,
sobre todo afectiva. No puede más; ha llegado a su límite. La persona con
tendencias depresivas tiene conflictos pendientes de resolver con su progenitor
del género contrario. Esto explica que muy a menudo ataque a su cónyuge, en
quien establece la transferencia. Lo que esta persona hace sentir a su pareja
es lo que hubiera querido hacerle a su padre o a su madre, pero se contuvo. Al
rechazar ayuda, la persona depresiva continúa alimentando su rencor o su ira
hacia ese padre o esa madre, y se hunde en su dolor. La gravedad del estado
depresivo refleja la intensidad con la que se vivió la herida siendo niño. Las
heridas pueden ser las siguientes: rechazo, abandono, humillación, traición o
injusticia.
Para ocasionar un desequilibrio mental tan grande como la depresión
y la psicosis maniacodepresiva, el dolor tuvo que ser vivido en aislamiento. Esta
persona no tuvo con quien hablar en su infancia, alguien que escuchara sus preguntas
y sus angustias. Tampoco aprendió a confiar en los demás, bloqueó sus deseos y se replegó finalmente
sobre sí misma, mientras aumentaba su sentimiento de rencor o de ira.
Síntomas mentales
En general, la persona depresiva no quiere ayudarse ni pedir
ayuda, por lo que quienes la rodean son los que intentan resolver su problema.
Si eres uno de ellos, te sugiero que seas muy firme con ella y le digas que
nadie en el mundo puede sacarla adelante de manera definitiva, excepto ella misma.
Lo más importante es que acepte que su estado depresivo le ocasionó el gran
dolor que sufrió su SER en la infancia. Rechaza lo que ES. La herida más común
es el rechazo o el miedo a ser rechazada. Esta persona debe
admitir que aun cuando haya sido rechazada
en la niñez, ello no quiere decir necesariamente que su padre o su madre no la quisieran. El
padre que rechaza a su hijo seguramente fue rechazado cuando era niño y todavía
se rechaza a sí mismo. Sentir compasión por ese padre y perdonarlo es el inicio
del camino hacia la cura. Después, la
etapa más importante es perdonarse a sí mismo por haber querido tanto a ese padre.
A continuación, lo único que resta es expresarle a ese padre lo que sintió sin
ninguna acusación de por medio. Es muy humano albergar rencor o ira cuando se
es niño y se sufre intensamente el aislamiento. Por otro lado, sugiero que esta
persona tome la decisión de reconocer su propio valor. Si le resulta difícil,
puede pedir a quienes le conocen bien que le digan lo que ven en ella. Por otro
lado, si la persona depresiva tiene ideas suicidas, sucede que alguna cosa en
ella quiere morir para poder dejar lugar a lo nuevo. Confunde la parte de ella
que quiere morir con ella misma.
Ya sabemos que cada caso es único, los distintos síntomas
extrapolados a cada persona pueden variar. Sin embargo, es una valiosa
información para, sin tomarla al pie de la letra, tenerla en cuenta.
Ya tienes el
material, relaciónate. Recuerda que la felicidad crece cuando la compartes y la
tristeza y miedo menguan, incluso se diluyen al compartirlos. No olvides
escoger la o las personas en quien confiar tu momento, es importante, ha de ser
buen afín a tus valores, respetuoso y saber escuchar sin imponer su criterio,
tan sólo esa mirada atenta y empatía sana. El arte de construir amistad, nacido
del amor.
Si tienes
alguna duda, estoy encantada de exponerte mi criterio. Puedes dejar aquí tu
comentario.
Gracias por tu tiempo.
Mari Carmen, me ha encantado has compartido unas definiciones muy valiosas y acertadas. Seguro que ayudarán a muchas personas, ya que hay definiciones que plasman de una manera sencilla estados que podemos detectar en las personas que a su vez pueden ayudarnos tanto a nosotros como ayudar a los demás. Gracias linda. Felicidades por este blog
ResponderEliminarMuchas gracias, Mercè!
EliminarEs un placer poder aportar. Ciertos temas parece que los tomemos con cierta timidez, y es importante conocerlos para poder detectarlos y actuar en consecuencia.
Muchos besos :)
Acabo de suscribirme , me ha parecido muy interesante, no me quiero perder ni uno. :)
EliminarJajaja, encantadora! Muchas gracias!!! :) <3
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