martes, 20 de octubre de 2009

Espiritualidad vs. religión


Cada día es un paso para elegir avanzar o retroceder. Me refiero con esto a avanzar hacia las respuestas que, de tanto en tanto nos surgen, esas que, en algunos, ya desde pequeños, nos increpan, nos mueven.
No siempre nos hemos de fijar en la forma en que avancemos, pues a veces, el retroceder un poquito, nos da el impulso, a modo de "carrerilla", para saltar varios obstáculos y crear un verdadero avance, aquél con el que sientes algo "mágico" en tu interior. No hay una única forma de realizarlo, ni todas las que se nos crucen u ocurran van a ejercer el efecto deseado, pero como "pista" te puedo decir que, si te enfocas en comportarte de la manera en que quieras ser, verte, mostrar a los demás, acertarás. Fíjate como eso lo ejerces a diario con la ropa que eliges ponerte cada mañana, comprar cuando decides cambiar o aumentar tu armario,...
Me cuesta creer que vayas a vestirte o a comprar ropa nueva para verte desagradable o fe@. Recuerda que, muchas veces no coincide cómo tu te ves, por lo que dudas, con cómo te ven los demás. Esto es fácil de ver cuando vas a comprar ropa con amigas y les pides opinión, ante tu indecisión, o por querer compartir tu gusto con el suyo, y no coincide, quizás funcione el comprar lo que te han aconsejado, a pesar de no sentirte bien del todo, o realmente no te lo pongas con cualquier excusa.
Si te fijas, siempre "funciona" escuchar a lo que te lleva el cuerpo, en todas sus comunicaciones: comodidad, elegancia, sencillez,..., cada conjunto lo sientes adecuado con una función: trabajar, pasear, jugar, estudiar, estar en tu casa...No utilizamos lo mismo!
Me viene a la cabeza un ejercicio bastante habitual cuando asistimos como protagonistas a nuestra boda! Dado que se trata de una ocasión especial, que no solemos ejercer cada poco, buscamos un atuendo especial. La mayoría de las personas se dirigen a expertos en el tema, con el consecuente gasto e inversión, como si eso garantizase mejores resultados tanto del momento como de su durabilidad! No obstante, hay muchas otras bodas, donde el acento está centrado en la apuesta por compartir esa felicidad desde "romper patrones sociales" y crear un escenario donde, sin dejar de ser nuestros protagonistas, podamos disfrutar más ampliamente en crear un "espectáculo" donde hayan coprotagonistas, más personas a intervenir y poder, con ello, saborear nuestra propia boda. Pues muchas veces la disfrutan y viven más los "invitados" que nosotros mismos! Parece como si no hubiéramos estado allí en todas las secuencias, se nos va la cabeza hacia "que no falle nada" y recogemos un cansancio y extrés tales que no disfrutamos del "día" como nos lo habríamos podido plantear.
Retomando el título del artículo, os dejo una parte de una reflexión de Secretia, con el link, por si queréis leer todo el artículo:
La religión es una institución que suele indicar lo que está bien y lo que está mal bajo la suposición de conocer las “leyes divinas”. La religión parte de la idea de que todo el grupo comparte exactamente el mismo juego de creencias y acata una autoridad en cuanto al modo de interpretar la realidad, unos maestros exteriores. La espiritualidad, sin embargo, es una experiencia, y como tal, es un aspecto personal. Cada uno extrae sus propias conclusiones de la vivencia espiritual. La experiencia espiritual es distinta para cada ser humano, y no puede ser encerrada en dogmas ni recetas. No hay más autoridad que uno mismo frente a la espiritualidad. Por eso hablamos del maestro interior.
Con esta lectura, puedes llegar a la conclusión de que espiritualidad sabe más a libertad, mientras que religión, a limitaciones. Después de todo, sabemos que hay más de una religión, por lo tanto, podemos ampliar la visión hacia el respeto y la parte de mensaje de amor, dejando el resto a lo que cada uno compruebe que le funciona para su unidad sistémica: cuerpo-mente-espíritu-emoción.
Hasta luego!

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