jueves, 1 de octubre de 2009

Cara a cara con la violencia


Cada caso, cada situación, tiene su momento. No se trata de reaccionar ante las afrentas con violencia, ese es un recurso al que, ante situaciones limítrofes, solemos echar mano. Más bien se trata de dosificar nuestras emociones, no abusar de ellas. Si observamos que nos estamos acalorando, que estamos a punto de "estallar", tras coger aire y oxigenarnos, la mejor postura es salir de esa trampa, descifrar el mensaje que hay tras esa emoción: rabia, miedo, alegría, culpa, impotencia... e intentar verlo desde la postura de observador (no personalizar tanto, quitarle peso). Si separamos las emociones de la situación, las podremos fluir mucho más airosamente, de lo contrario, nos veremos en muchas situaciones de las que no nos sentiremos muy orgullosos y que se alejarán de nuestro bienestar. Lo suyo sería actuar en cada situación de la manera que mejor nos definiese. Esto revertería en una mayor autoestima, en un sentimiento de bienestar habitual, en una paz interior. Quizás "pinte" un poco simple o nos confunda hacia lo "santurrón", nada de eso, se trata, justamente, de hacernos la vida más fácil, de poner nuestro empeño y dar valor e importancia a todos los detalles, no cerrarnos puertas ni negarnos hacia otras opciones. Contra más practiquemos y conozcamos, más averiguaremos la que más se aproxime a la nuestra. Ponernos tozudos ante la primera intentona, o la segunda, o..., será una forma de perder el tiempo, de no avanzar. Si, al contrario, apostamos por la tenacidad, veremos que esa situación que, hasta ahora era insoportable, ya no nos molesta, irrita, agobia...igual, será como si hubiese ocurrido un milagro, pues la situación la veremos resuelta sin esfuerzo ni malestar. Lo notaremos en nuestras relaciones, nuestro estado de ánimo, nuestro humor, nuestras ganas de hacer...Se parece a esos días en los que nos levantamos y nos "comeríamos el mundo", todo lo que se nos presente va a funcionar, no nos va a entorpecer, será como si a un atleta le colocasen en la pista un montón de vallas que, al verlas, sigue avanzando sin ninguna complicación, pues es algo que ha entrenado, algo que ya no le supone esfuerzo, al contrario, le favorece, pues sigue entrenando, y llega allá donde se ha puesto.

Hasta luego!

No hay comentarios:

Publicar un comentario