martes, 15 de diciembre de 2009

Séptimo paso del Segundo acuerdo

Los 4 acuerdos de Miguel Ruiz.
NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE.

No consumas veneno emocional.
Si te tomas las cosas personalmente te conviertes en una presa para los depredadores. Ellos pueden captar tu atención con una simple opinión y alimentarte con el veneno que quieren. ¡Recházalo!
 Habitualmente, y eso es lo más sano, revelamos, nuestras emociones tanto física como verbalmente. Si te escuchas y te "miras", observarás que todo aquello que dices negativo de ti mismo, aquello que, sin fijarte exteriorizas a los demás, posee un arma de doble filo. Puede ser una muy buena información el que te observes y vayas conociendo tu comportamiento y tus acciones ante las diferentes situaciones en las que no te sientes a gusto. El doble filo, se refiere a que tanto das como recibes información sobre ti mismo, por lo tanto, no pierdas la oportunidad de que eso sea un beneficio para ti y no sólo para el que te escucha, quien sí que lo percibirá y podrá o no beneficiarse (tanto en tu pro como en tu contra, según le convenga y la intención que tenga). Utilízalo, puedes plantearte cambiar, siempre que detectes aquello que no te agrada, pero si simplemente te quejas y adviertes en ti un malestar, cada vez más continuo y no modificas nada, seguirá habiendo en ti más de lo mismo. El desear muchas veces que las cosas cambien, que nuestra suerte sea otra, que todo a nuestro alrededor sea más agradable y placentero, no es tarea de quedarnos con los brazos cruzados y esperar a que alguien accione la barita mágica, aunque no estaría mal!!! Si de verdad lo deseas, ve probando, ve haciendo pequeños cambios, prueba...ya verás como genera un movimiento distinto al habitual. Después de todo, cuando, ya desde el pensamiento, modificamos y nos abrimos a otras opciones, estamos ejerciendo de nuestro mejor amigo.
Parece habitual ser nuestro mejor amigo, pero lamentablemente, solemos ejercer como nuestro peor enemigo. Seguro que nadie tiene la capacidad de hacerte tanto daño como tú mismo.  Una bonita sonrisa hacia tu ser, sería confiar un poco más en ti mismo, hacerte caso en aquellos momentos en los que deseas desde un buen estado de ánimo, desde la gratitud, desde las ganas de resolver, de deshacer los nudos del ovillo (enredos)...ya sabes a qué me refiero. Escucha cómo suelen ser tus comentarios, fíjate en qué temas sueles repetirte, revisa aquello con lo que acabas agotado y, hasta ahora, pensabas que era una reacción normal de tus tareas diarias. Es muy reconfortante, acabas sonriendo al darte por fin cuenta de lo que sueles hacer y cómo acostumbras a reaccionar ante situaciones parecidas. Ejerces de tu propio observador. Cuando lo percibes, comienzas a "ocuparte" de ti, en lugar de preocuparte por posibles asuntos que, ni siquiera existen. Piensa que la preocupación supone "mantrear" en tu mente repetidas veces con la posibilidad de que, por la ley de atracción, lo atraigas. Bufff, en vaya aprieto te acabo de poner, ¿no? Ya te comento que no es necesario gastar tus energías en temer a todo, es mucho más atractivo y saludable el emplear tu talento en ser creativo  e innovador de tus pensamientos y acciones.
Ha sido un placer el comunicarme, espero poder ser un interlocutor, alguien que tenga la capacidad de llegar a ti allí donde lo precises.
Hasta pronto!!!

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