domingo, 7 de febrero de 2010

La belleza que puede traer la paciencia





Para esos momentos de bajón, en los que parece que no tenemos lo que "necesitamos", mejor dicho, lo que creemos que necesitamos!!!, hay un punto en el que nos rendimos, o bien desde la forma externa de "ya no puedo más" o bien desde el golpe en la mesa del "basta ya". Ambas maneras nos trasladan a utilizar los recursos que llevamos dentro todavía con el envoltorio, como cuando tienes un regalo que no has llegado a utilizar. Se trata de utilizar tu creatividad, de no utilizar los mismos recursos tuyos de siempre, aquellos que se ponen por delante en tu comportamiento y actitud habituales: lo automatizado. Tendemos a la rigidez, a pesar de agradarnos lo fluctuante y elástico, no lo adoptamos a nuestra reacción diaria, hacemos y utilizamos lo mismo...quizás por comodidad, quizás por miedo. Sin embargo, sí que utilizamos quejas y criterios peyorativos o no, pero diferentes a como hubiera estado más acertado y agradable para nosotros. Siempre parece más fácil que lo demás y los demás cambien para que nosotros estemos mejor. Parece el resultado idóneo, como si cuando eso sucediese estuviéramos en paz. Si te crees esto, te invito a que recuerdes la de veces que sí que ha sucedido: cualquier situación en la que ocurriese lo que deseabas, sin embargo, a continuación algo o alguien volvía a suceder o a actuar de modo diferente al que te hubiera apetecido y se rompe el encanto.
Lo suyo sería adaptarte a "lo que hay" o bien "crear lo que quieres", te pongo un ejemplo: Es la hora de comer y te ponen delante un plato de arroz blanco y te baja la sonrisa, como que eso no entra en tus cálculos de 1er plato guay, por lo que te haces el comentario fantástico del día (vaya rollo de comida,...será que no hay otras cosas más apetitosas o ricas para ofrecer...), ya te estás cubriendo de gloria con el agradecimiento cariñoso y motivador!, te lo comes y continúas con el siguiente plato, o quizás pasas de éste, o te lo comes sin más.....este sería el modo de "lo que hay". Otra opción sería coger un aliño divertido, como trocear el segundo plato para adornar y acompañar al arroz, o añadir condimentos varios, o una latita de atún, o queso rallado....., por lo que acabas de intervenir con tu creatividad en transformar ese momento del día en resolutivo con ganancias "sí o sí": no muestras desprecio, inventas otra forma de comerlo (justamente de tu agrado) que puede agradar a otros y que les sorprenda gratamente, y el premio final: te encantaaaaaa.
Sin embargo quejarse, ya puedes entender que se trata de un "escaqueo" de realizar lo que debes para no fijarte tan solo en la negatividad del resultado, pues detrás de toda acción es justo ver un esfuerzo, es decir, tener la honestidad de buscar más razones del porqué no te agrada o no estás de acuerdo, que las de cruzarte de brazos y fruncir el ceño. Suele ser tan cotidiana la crítica que se está convirtiendo en el deporte nacional: todo el mundo la practicamos y nos quedamos tan anchos, pues sabemos que el que lo escuche va a participar del juego, sin embargo, puede que ponga más goles o más aciertos cuando éste sea capaz de opinar y ejercer más opciones que la de nuestro "machaque".
Cito una frase del vídeo  "...Pero yo soy diferente,...Sí tú tienes una ventaja..., entre más grande la prueba más glorioso es el triunfo..." Realmente, cuando dejamos de buscar el parecernos a alguien (actuar dentro de las normas aprendidas y patrones recibidos: imitando) y comenzamos a actuar desde lo que realmente queremos, nace una nueva y agradable personalidad, es el punto en el que comenzamos a fijarnos en nuestro interior y lo unimos a lo que queremos transmitir de nosotros mismos. El resultado es una felicidad sin límites, una motivación que tan sólo se desvanece cuando nos olvidamos de que somos YO y que, por tanto, no hay nada bien ni nada mal, lo que hay es la multitud de opciones a las que cada momento de cada día podemos elegir desde nuestra forma de explicarnos los hechos. Siempre, ante cualquier situación solemos reaccionar en versión de lo entrenado (lo de siempre) junto a nuestro estado de ánimo. Cuando nos sentimos muy bien, esos días en los que nos aceptamos y estamos abiertos a lo que suceda, las situaciones que vivimos las traducimos a bienestar, entramos en una predisposición a que lo que traduzcamos tenga multitud de interpretaciones y elegimos la que mejor nos hace sentir...llega un punto en que esto sale directamente, de manera que creamos nuestra propia verdad, nuestra propia versión del qué y el porqué, sin dar más vueltas.
Muy bonito el regalo que ofrece el encargado del circo al nuevo compañero cuando le ofrece una visión (de las miles que hay) tan acertada hacia su transformación de capullo a mariposa. Emocionante, preparado para crecer, vivir, disfrutar, volarrrrrrrrrrrrrr.
Un abrazo enorme, Maria. Muchas gracias por tu aporte con estos vídeos. Pongo mi granito en compartirlos con quienes lo reciban desde una u otra perspectiva.
Hasta pronto!!!

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