miércoles, 30 de marzo de 2011

Discurso reclamando valores

Comparto esta presentación que me ha llegado en e-mail privado.
El discurso lleva hacia valores como la integridad, el valor, la honestidad y la humanidad. Se trata de un llamamiento a los poderes políticos, como elevar la conciencia de aquello para lo que verdaderamente están sirviendo a su país, siendo (o debiendo ser) prioridad en su labor profesional.
Todos hemos tirado alguna vez la piedra a tejano ajeno, es parte de nuestro crecimiento y experimentación. A veces, es la forma más rápida de empatizar. La dificultad de la empatía, suele ir de la mano de la tolerancia: solemos tolerar aquello en lo que hemos experimentado, sin embargo, lo que no nos ha sucedido, nos cuesta más de tolerar. Pondré un ejemplo muy sencillo para ilustrarlo: Si cuando voy conduciendo suelo poner siempre el intermitente como hábito, y cualquier vehículo invade mi espacio sin hacerlo, me voy a molestar. Sin embargo, si es algo que suelo omitir, por pensar que es evidente, o la reflexión que tengamos, es más probable que no nos enfademos cuando no lo hacen los otros.
Si deseamos conectar hacia esos valores que nos engrandecen a otras personas, la forma más eficaz es sin juicios ni críticas, pues el diálogo se torna en discusión, sin haber comunicación, con lo que lo único que recibimos, a corto plazo es un "calentón" poco útil. Cuando exacerbamos la situación, solemos menguar nuestra asertividad, con lo que logramos una dificultad en la conversación e inyectamos nuestra energía de decepción en el interlocutor. Es tan sencillo reflexionar en esto: si te lo planteas, cuando inicias una conversación en un tono irritante o agresivo, aquello que recibes será una contrapestación, es decir, o bien una coraza de defensa u otro ataque directo.

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