miércoles, 23 de marzo de 2011

Deseos atemporales, acciones concretas

87 años
View more presentations from Mª Carmen Navarro

Cuando se desea algo realmente, la edad no es obstáculo, como tampoco lo ha de ser el tiempo.
La mayoría de las excusas que nos planteamos para el "no tiempo" surgen de inseguridades (miedos a fracasar y auto-críticas). Hay tareas, deseos, proyectos, que no siempre nos damos permiso a realizar. Solemos exigirnos mucho, más allá de lo que realmente somos conscientes. Cualquier acto que consideremos de pereza, tiene un sinfín de explicaciones, por ejemplo el contarnos de forma aburrida o como una pérdida de tiempo el hacerlo. Imagina la renovación del Carné de conducir. ¿cómo sería más llevadero, incluso divertido el papeleo? Un cambio en tu percepción, en cómo gestionas tus expectativas sería suficiente: me llevo a un amig@ que hace tiempo que no compartimos nuestro tiempo y disfruto a tope del momento. Quien dice un amigo, puede ser una familiar, un buen libro, el MP3,...En realidad nos vemos en un gasto de nuestro tiempo, por lo tanto, cuando llegamos a esta conclusión lo más apropiado es convertir ese gasto en una inversión. Manejar el tiempo que sabemos que no será corto en aquellas opciones válidas para compensarlo e incluso disfrutarlo.
En un estado natural, la pereza como cuestión de crítica no aparece. Entendemos que nuestro cuerpo y/o mente requiere de un descanso. Hay momentos en los que, tras no hacer caso a nuestro cuerpo, éste se toma la libertad de pararnos: nos enfermamos o lesionamos. Este concepto lo entendemos muy bien cuando se trata de aparatos, como por ejemplo el ordenador. Somos más tolerantes! No es que nos agrade, porque son útiles que solemos necesitar como parte de nuestro trabajo, de la misma manera que sucede con los teléfonos móviles. Ya tenemos en cuenta que cada "X" va a requerir de un anti-virus, se va a colgar, lo vamos a tener que resetear,...Y estamos hablando de un complemento para que facilite una tarea de las muchas de nuestra vida, no del cuerpo ni la mente en la que habitamos.
Una vez empatizamos con nosotros mismos, la vida adquiere otro ritmo, otro nivel, otra serenidad.
Un abrazo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario