Cuando surgió el momento en que cada
uno de mis dos hijos, que distan entre sí 6 años y medio, pronunciaron la
pregunta temida “mamá…eso de los Reyes Magos…he oído…me han dicho…”
Como muchas veces he comentado
somos seres sociales, por lo que el mantener y recibir comentarios con otras
madres y padres, al margen de la propia experiencia, es un hecho habitual que
permite tu propia elección en el momento en que surja ese enfoque, esa cuestión,
ese requerimiento desde nosotros mismos hacia nuestros pequeños. Claro está que
cada uno lo enfocaremos desde nuestra propia interpretación y valores, eso es intransferible.
Dentro de un mismo hecho, la explicación que les demos a nuestros hijos, puede
que les ayude a crecer o les lleve a un estado de desilusión o frustración. Eso
es una gran responsabilidad que bien podemos ir construyendo la manera para
poder contribuir a un momento potenciador, dentro de su sutil fragilidad. La elección
está en cómo lo enfocamos, sin que nuestros hijos se sientan engañados,
defraudados o ridiculizados. Muchas veces se enteran de una manera poco
elegante o discreta, a veces por el despecho de la decepción de amigos que se
han enterado de “malas maneras”, dentro de una especie de venganza de su propia
ruptura con esa creencia. Desde luego, yo le di mucha importancia, años antes
de que surgiera el momento, aunque no sabía a ciencia cierta cómo lo enfocaría,
lo que sí tenía claro es lo que para mí representan los Reyes Magos. Mi
claridad está y estaba en que la magia de cada uno es un derecho, no sometible
a críticas ni burlas, pues es algo intangible, se trata de algo propio, como
los sueños, a pesar de que podamos, mediante nuestra explicación, tanto hacia
nosotros mismos, como hacia nuestros hijos o sobrinos o alumnos, (para los que
no hayan sido padres pero no estén exentos de tal responsabilidad) elevar una
sonrisa de ternura o lastimar con un desaliento y tristeza.
No recuerdo bien mis palabras,
pero sí mi sensación cuando esa mirada desde sus ojos clamando piedad, una
segunda oportunidad, una especie de mentira piadosa, se mezclaba con una
petición de claridad. Mi deseo era de continuar ofreciéndoles esa ilusión desde
un plano más adulto, aquél en el que la sociedad va conduciendo
cronológicamente. Parece que tengamos marcados unos lindes en los que las cosas
se vayan transformando al ritmo que, quien dicta las normas, elige. Bien, pues
mi elección fue muy personal, totalmente fiel a mis pensamientos.
Los Reyes Magos, son reyes por su
poder en que sucedan las cosas, y son magos por el arte de conseguir tus
deseos, aunque a veces ni tú mismo los puedas entender, pues tal vez hayas
solicitado otra cosa, pero en realidad lo que hayas recibido te haya llevado a
algo mejor. A veces sucede que más adelante los entiendes, pero debes estar
atento y fijarte en el proceso. La sonrisa de mis hijos continuaba, pero
insistían en que había una transacción económica, por parte de los padres y una
manipulación de ir a comprar aquello que solicitaban en la carta o algún
juguete parecido. Mi explicación fue, totalmente enfocada en la magia, esa
magia real, en la que la vida hace posible que los padres dispongamos de ese
dinero, de ese tiempo a invertir para hacernos con los regalos y toda esa
implicación en hacerlo a escondidas, trasnochar, pintar las huellas de los
camellos, crear sospechas de ruidos, ocultar los paquetes…en definitiva hacer
realidad esa magia. ¿No es eso suficiente? ¿No es real? A cada nueva pregunta
había una nueva explicación, siempre en línea hacia “todo es posible si crees
en ello”.
He tenido la oportunidad, ahora
mismo de preguntarle a mi hijo menor, de
21 años, con el que todavía compartimos hogar, si recuerda mi explicación al
respecto, y me ha dicho que no. Entonces le he preguntado si recuerda alguna
sensación de decepción, tristeza o desencanto y me ha contestado, con una
sonrisa que “para nada”. Mmmm, ya imaginaréis mi satisfacción.
Y ahora, una nueva constatación de
esta magia, pues podría exponeros infinidad de experiencias para que vosotros
mismos juzgárais, sin embargo, iremos por partes y en otros posts!
No hace demasiado, a una muy
buena amiga, le estaba comentando la ilusión tan grande que atacó a mi corazón
un año para reyes. Seguro que todos me han hecho feliz, pero no tengo presente
la sensación, lo pienso como algo natural. Sin embargo, el año en el que me
regalaron una cocinita, creí que el cielo se había mezclado con la tierra. Fue tan
grande la impresión que aún hoy en día me dura, más que el recuerdo tangible de
cómo fuera la cocina en cuestión. Debía tener unos 6 ó 7 años, jajaja, ha
llovido un poco desde entonces. Aunque no tanto, pues a veces el tiempo, para
según qué cosas, habréis comprobado que se estanca, que apenas se mueve. Ayer,
40 años más tarde, volvió la misma cocina a mi hogar. La misma. Fue un complot
entre mis hijos y mi marido el haber dado con ella desde unos escombros a punto
de ir al contenedor hasta atreverse a, nuevamente, ¡poner a prueba mi corazón!
Y eso que ya les he advertido que en el ADN de mi familia natal, el corazón
tiene ¡mucha resistencia! Bueno, a partir de aquí, ya podéis imaginar, con todo
lujo de detalles mi reacción y emoción.
Las fotos que os acompaño hablan
por sí solas. Una vez me deleité y recuperé de tanta ilusión, mi marido me
enseñó las fotos del antes de la reparación. Los detalles, el tiempo invertido,
la dedicación, la complicidad entre ellos, las idas y venidas con vagas excusas
o rebuscadas, la cooperación en ocultarlo con mis nueras,… ¿no es eso magia?
Verdaderamente nadie, sino
nosotros mismos, nos impide tener en pleno funcionamiento la máquina de
ilusiones, de una magia real diaria. Yo creo que todo va en el empeño desde
cada uno de poner su propio granito de arena para que sucedan a diario y varias
veces. No me conformo con poco, ¿verdad? Pues ya ves que es contagioso y que
sucede. ¿Juegas? ¿Te atreves?
Hasta pronto!!!
Como decían en la antigua y milenaria civilización Maya: CREER ES CREAR.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Manu.
Gracias, Manu. El escenario de nuestro mundo es tan enorme que aún podemos seguir creando!
ResponderEliminarMuchos besos :-)))
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, David!
ResponderEliminarMe he dado el permiso de visitar el tuyo y también me gusta mucho! Tiene muchos detalles sinceros e ingeniosos.
Lamento haber usado ya el voto de tu especialidad, pues ya estaba ocupado. No obstante veo que no te ha ido nada mal!
Muchos besos y un fuerte abrazo! Felicidades para todos los días del 2012, a por ellos!!!