martes, 17 de enero de 2012

CREANDO TU PROPIO PATCHWORK DE VIDA


Foto de www.wentalma
 Recojo la metáfora horticultora del libro de Louise L. Hay: ¡VIVIR! Reflexiones sobre nuestro viaje por la vida
Verás, tus pensamientos son como las semillas que plantas en tu jardín. Tus creencias son como la tie­rra en la que siembras esas semillas. La tierra fértil y nutri­tiva produce plantas fuertes y sanas. Pero hasta a las semi­llas buenas les cuesta crecer en tierra empobrecida, llena de malas hierbas y piedras.
Si queremos que nuestras nuevas y positivas afirmaciones, es decir, los pensamientos que tene­mos y las palabras que decimos, se conviertan en realidad tan pronto como sea posible, entonces haremos el esfuerzo extra de preparar nuestra mente para que esté receptiva a estas nuevas ideas. Podemos hacer listas de todas las cosas que creemos (por ejemplo, «Qué creo del trabajo, la pros­peridad, las relaciones, la salud», etc.), y luego examinar esas creencias para detectar lo que hay en ellas de negativo. Puedes preguntarte: «¿Deseo continuar basando mi vida en estos conceptos limitadores?». Entonces cava más hondo para eliminar las viejas ideas que jamás van a apoyar tu nueva vida.
Cuando hayas eliminado tantas creencias negativas como puedas, añade una gran dosis de amor y trabajo en esa tierra de cultivo de tu mente. Así, al plantar nuevas afir­maciones en ella, van a brotar y crecer con sorprendente rapidez. Y tu vida mejorará con tanta velocidad que te maravillará lo que suceda. Verás, siempre vale la pena hacer ese esfuerzo extra para preparar la tierra, ya sea de tu jar­dín o de tu mente.”
Realmente, tal y como todos conocemos el dicho de Albert Einstein: ““Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, es precisamente lo que sucede. Hacemos nuevos planes, comenzamos con ilusión, o algo parecido, con grandes esfuerzos para ser fieles. Hay cosas que ya hemos experimentado que tienen pronta caducidad: ir al gimnasio, caminar, llevar un ritmo saludable en la alimentación, asistir a cursos y conferencias, etc. algunos nos llevan hacia la retroalimentación, es decir, nos apoyan hacia potenciar la ilusión suficiente como para sostener nuestro proyecto. Otras, sin embargo, parecen pequeños castigos, en lugar de gozar de nuestro tiempo.
Blog actitudpositiva10

Recuerdo la anécdota en un proceso de coaching con un niño de 8 años, al que no le gustaba ir al colegio, por lo que su comportamiento, tanto en el cole como en casa era guerrillero. Lógicamente estaba prestando la mayor parte de su día a algo que se lo contaba como un rollo!, cómo no iba a estar todo el día provocando malestares y tormentas hogareñas? Lo que le estaba apartando de disfrutar del momento de cole, en las clases, conociendo a nuevos amigos, compartiendo, aprendiendo cosas nuevas y creciendo, era el cómo se lo contaba, su planteamiento tan distinto al cómo se contaba aquello que le encantaba: el fútbol y los juegos de mesa. También el recibir regalos. Esas eran sus mayores ilusiones todo el día, por lo que, para sus padres andaba la lucha de “merecimiento: premio-castigo”. Digo lucha, porque así parecía la mayor parte de la convivencia, en plan chantajes: “si te portas bien…” sin embargo, portarse bien, tal y como lo entendían sus padres era andar todo el día fingiendo y en contra de sus gustos.
Cuando le propuse que se pusiera en la piel de una niña jugando con muñecas, luciendo peinados, en el de su padre en la empresa (ejecutivo de grandes cuentas), su madre en su profesión (era peluquera), en la de su tío (maestro de escuela) y de su tía (médico de familia), algo pareció asomar en forma de sonrisa y entendimiento! Tal vez había esperanzas de que realmente no fuera tan horrible lo de ir a cole! Ahí nació una nueva opción para el pequeño, cada día experimentaba, fuera de sus conclusiones iniciales que le llevaron a pensar que aquello era un rollo, a poder saborear y disfrutar. El vuelco fue tan espectacular que parecía otro!
Y es que el coaching en los niños es así de fantástico, ellos todavía no están resabiados y se atreven a jugar en la vida, no a pensar que algo no sea posible.
Foto de Big_sandwich
Volviendo a ti. Qué tal si, a modo de patchwork, reúnes varios ingredientes que se digan contigo, e inicias, nuevamente un bonito proyecto, con cariño y flexibilidad. Paso a paso, lo vas revisando y pincelando aquello que mejor te funcione. Piensa que cualquier pequeño cambio te llevará a llenarte de energía e ilusión, lo que te motivará para continuar diseñando a medida que avanzas hacia tus objetivos, deseos, sueños o anhelos. Vale la pena no ser muy exigentes, puesto que a veces sucede que aquello que habíamos planteado en un principio no surge tal cual, sino que otra cosa. Si sales de la negación de no ser exactamente lo que te habías propuesto, tal vez veas que lo que has conseguido está aún mejor!
Expón tus aventuras, si te apetece y las comentamos o aportas a otros! Gracias!

2 comentarios:

  1. Buenas tardes Mª Carmen.

    Muy buena la metáfora.
    Precisamente estoy leyendo un libro, en el que su autor nos habla de la capacidad que tenemos cada uno de nosotros de crear nuestra propia realidad, basándose en las probabilidades y que a día de hoy se puede demostrar científicamente a través de la física cuántica.

    También creo que en la inocencia "habita" la clave para alcanzar la felicidad.
    Por lo que muchos deberíamos de quitarnos la máscara que nos impide ser nosotros mismos, para así recuperar la inocencia.

    Saludos.

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  2. Gracias, Manu. Qué bonito comentario! Parece que hayas extraído esa energía que pretendía, pero que muchas veces dudas si llegará!
    Ha sido todo un placer, con lecturas como la tuya, merece la pena el invertir el tiempo en escribir!
    Un fuerte abrazo y mi reconocimiento ;-)

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