domingo, 20 de noviembre de 2011

Coraje y fortaleza

Este vídeo, ha recorrido muchos hogares, sin embargo, la energía que lleva con sí, es digna de volver a ver. Nutre de coraje y fortaleza.
Ya sabemos que a cada cual le duele lo suyo, que no anima ni resuelve el dolor que te hace el dedo, cuando al lado tienes alguien al que le duele todo el brazo. A ti te sigue doliendo. Es más, casi que no nos atrevemos a decirlo, pues nos vemos necios y fuera de permiso para compartir. ¿Cómo quejarme del suspenso de mi hijo, cuando  el suyo ha sufrido un accidente y perderá el curso escolar?...
En ocasiones, en procesos de coaching para conseguir un equilibrio en su peso corporal, he empatizado con la emoción de impotencia de aquellos client@s que desean desprenderse de 5 kilos, como de 40. No sirve ningunear esa emoción, ese bloqueo que se está exteriorizando en sostener unos kilos impropios de la persona. No se trata de perder esos kilos, ya que no les corresponden, sino de permitirse vivir sin ellos: despedirlos!!

Una vez, una persona muy querida, viendo que iba a tirar a la basura un jarrón hecho y pintado a mano, de esos que hemos de realizar en la enseñanza básica, como tareas de la asignatura de plástica, me solicitó que se lo regalara. Para mí era algo feo y deforme, para ella una obra de arte. Aún hoy en día lo guarda y a mí me gusta volver a verlo, ya lo veo con otros ojos, los que ella me proporcionó, desde su propia visión. Empatía.
A pesar de las apariencias, aquellas personas que parecen de un carácter más débil, que siempre están agradeciendo y compartiendo de sí mismas, son las que más felicidad experimentan en su día a día. Son personas resilientes, crecen de las adversidades y ven oportunidades en todos los ámbitos. Adquieren coraje y fortaleza. No esperan a recibir o a que todas sus situaciones mejoren, para poder ser felices, simplemente, visten a diario y conscientemente el traje de la felicidad.
Te comparto un punto de vista. ¿Cuántas veces te ha sucedido que tuvieras unas ganas terribles de un servicio para vaciar tu vejiga? Cuando al fin ves la oportunidad, ¿te has sentido agradecid@ o lo has usado sin más?
Son muchas las sutilezas y ocasiones diarias para entrar en este estado, tal vez las quieras compartir en este espacio!

4 comentarios:

  1. Ese ejemplo me suena mucho... Muchas gracias, cielo!

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  2. Gracias a ti, por tu complicidad y aportaciones! ;-)
    Un abrazo enorme

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  3. Muy buenas tardes, Mari Carmen y amigos y amigas del blog.

    Hay tantísimas cosas en la vida cotidiana por las que dar gracias. Desde ayer después de comer que he "disfrutado" de un ataque de vértigo. Fue la primera vez desde que miro la vida con ojos diferentes en que agradecí no encontrarme bien. Los motivos, diversos: estaba sintiendo estar vivo, sabía que valoraría mucho más encontrarme bien como ya es el caso, me sentí afortunadísimo y agradecidísimo por tener a mi mujer al lado y di gracias porque mi indisposición no era más que eso, un malestar transitorio. Hoy doy gracias por haberte leído y estar escribiendo, puesto que es lo último que estoy haciendo. Gracias por compartir profundas reflexiones, Mari Carmen.

    Un abrazo muy fuerte para tod@s.

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  4. Empatizo y entiendo profundamente lo que nos estás diciendo. También veo mucho coraje en ello, esa autenticidad y satisfacción hacia la vida donde no hay lugar para la necedad (principios de negación), sino un sincero agradecimiento por todo aquello que nos ofrece y, si somos capaces de saborearlo, nos permite seguir creciendo y la oportunidad de ver más allá de los miedos y conclusiones precipitadas.
    Gracias por tu presencia aquí :-)

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