domingo, 5 de octubre de 2014

Estar atentos. La granada


El estar atentos a los mensajes que nos vienen de una u otra forma (la escucha atenta desde el coaching) nos lleva a poder recabar información para luego contrastar y tomar decisiones o bien compartirlo. Si es que el dicho "el saber no ocupa lugar", si no lo trasladamos al espacio físico de libros, se corresponde!!

Estaba en la sala de espera de la consulta del dentista cuando me sorprendió la insistencia de una señora en recomendar a su amiga el uso de las granadas en forma de zumo. La verdad, es que a mí me gustan mucho, pero, le comenté que me da pereza el tener que desgranarlas. Al final del otoño, invierno, suelo colocarlas en la ensalada. Además del efecto óptico tan bonito, aporta un paladar especial al conjunto. Cuando yo era pequeña, me las preparaba mi madre en un tazón con zumo de naranja y azúcar. También lo he hecho yo, algunas veces incluso sin el zumo de naranja, para mis hijos.
Siguiendo la ferviente conversación, la señora resolvió al instante mi rebelión a usar más a menudo las granadas: "las haces en zumo". Vaya! no se me había ocurrido, pensé que se refería a licuarlas, con lo cual la pulpa de los granos haría una masa desagradable (o no) al paladar, pero era tan sencillo como exprimir el zumo de una naranja.

Ya en casa lo probé y me ha encantado el resultado. Eso sí, tal y como ella indicó, para que quede totalmente líquido, se cuela el jugo (yo lo hago directamente poniendo el colador entre el exprimidor y el vaso receptor del jugo).

En cuanto a sus aportaciones minerales y de vitaminas, os copio una parte aquí.

Minerales

Potasio y calcio: el primero es un mineral imprescindible para la transmisión y generación del impulso nervioso y la actividad muscular normal, y evita las rampas a las extremidades. Además, interviene en el equilibrio del agua dentro de y fuera de la célula. Y el calcio es el mineral más abundante del cuerpo. Su función principal es la de ayudar a construir y a mantener huesos y dientes, a la vez que interviene en los procesos de coagulación sanguínea.

Magnesio: se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos y, además, forma parte de los huesos y dientes, mejora la inmunidad y tiene un efecto laxante suave.

Vitaminas

Provitamina A: en forma de betacaroteno (contiene 30 microgramos por 100 gramos de fruta comestible), se trata de un pigmento que el organismo transformará en vitamina A de acuerdo con sus necesidades. Esta vitamina es necesaria para el buen estado de la retina y la piel, entre otros.

Vitamina C: la granada contiene 20 miligramos de vitamina C por 100 gramos de fruta comestible (un valor ligeramente por debajo del de la mandarina). Esta vitamina participa en la formación de colágeno (importante para la piel y las articulaciones), glóbulos rojos, huesos y dientes, favorece la absorción del hierro de los alimentos y previene la actividad negativa de los radicales libres, que envejecen el organismo.

Vitaminas del grupo B: se trata de un grupo de vitaminas imprescindibles para el buen funcionamiento del sistema nervioso. De este grupo, la granada destaca por el contenido en vitamina B9, o ácido fólico, que interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico; así como en niacina, o vitamina B3, que favorece el funcionamiento del sistema digestivo, puesto que actúa en la conversión de los alimentos en energía.

Aportaciones a nuestro organismo

La granada se ha utilizado en medicina tradicional en las curas de regeneración y limpieza interna, así como por los numerosos beneficios que tiene en el tratamiento de varias patologías:
El famoso médico de la antigüedad griega Hipòcrates (460 aC) ya la recetaba para tratar las afecciones del aparato digestivo, curiosamente en la misma línea que la medicina tradicional china, para fortalecer las encías y para aligerar las úlceras bucales, entre otros.
Las gárgaras con zumo de granada ayudan a mejorar la tos seca de cuello y, además, como que hidrata, es eficaz en caso de fiebre, diarreas y cólicos (utilizando sólo los granitos sin las paredes blancas).
Las fibras insolubles de las paredes blancas de la granada se han utilizado tradicionalmente para tratar el estreñimiento. Se utiliza también para eliminar los parásitos intestinales, puesto que contiene alcaloides, que la hacen especialmente efectiva.

Interesante, ¿no?. Si aún quieres indagar más, todavía hay más información.

-->No olvides que los alimentos de temporada son más eficaces en su época. En cada estación, la sabia naturaleza nos provee de aquellas frutas y hortalizas, así como hierbas, más adecuadas para nuestro momento orgánico.

Fuente: http://www.etselquemenges.cat/rebost/la-magrana


No hay comentarios:

Publicar un comentario