domingo, 7 de abril de 2013

Cambiar o morir


 
Si miramos lo que sucede en nuestra sociedad desde hace algunas décadas, podemos ver que estamos sufriendo una lenta deriva a la cual nos estamos habituando.
No percibimos los sutiles cambios diarios en todo nuestro sistema (relacional, laboral, personal, de la salud, social…) Esto nos lleva a varias situaciones límite. Cuántos fracasos escolares, divorcios, cierres de negocio, despidos… vemos y tal vez vivimos en propia carne. Nos creemos que esto es una epidemia, o sencillamente nos adaptamos y no somos conscientes de lo que, con nuestra actitud propiciamos. Recuerda la zona da confort descrita en el artículo anterior y no caerás en la trampa.
Olivier Clerc (escritor y filósofo), mediante una metáfora, nos muestra muy claramente el estado de bloqueo en el que nos podemos sumir. De aquí la conciencia de adelantarnos a los acontecimientos, de estar presentes en el ahora con toda la sensibilidad y crecimiento interior que eso conlleva y las ganas de vivir una vida satisfactoria y feliz. Los proactivos son las personas resilientes que adquieren esta sensibilidad y no se quedan en la olla (cacerola), son los que crecen en las adversidades y las crisis constituyen su trampolín hacia el éxito.


Metáfora de la rana hervida.
“Imagínate una cacerola llena de agua fría, en la cual nada tranquilamente una ranita. Enciendes el fogón muy bajo, de manera que el agua se calienta lentamente. Poco a poco el agua se va entibiando y la ranita se encuentra a gusto y continúa dentro, sin oponer resistencia. La temperatura del agua sigue subiendo. Llega un punto en que el agua está caliente, más de lo que la ranita puede disfrutar, por lo que se siente un poco cansada, sin que esto le asuste ni alerte. Sigue subiendo la temperatura del agua y ya está verdaderamente caliente, por lo que la ranita comienza a encontrarlo desagradable, pero está muy debilitada, entonces soporta y no hace nada. Llega un punto en que la ranita termina cocinándose y muriendo, sin oponer resistencia, pues ya no le quedan fuerzas”.
Si la misma ranita hubiera estado metida directamente en el agua a 50 grados, con un golpe de sus patas inmediatamente habría saltado fuera de la cacerola.
Esto demuestra que, cuando un cambio viene de un modo suficientemente lento escapa a la conciencia, y no provoca, en la mayor parte de los casos ninguna reacción, ninguna oposición ninguna revuelta…
 
Dime qué cambios, por pequeños que sean, has iniciado voluntaria y conscientemente en pro de tu actual visión. Tal vez animes a otros y se forme una rueda móvil de satisfacción, muchos ya han iniciado y es fantástico. Puedes hacerlo a continuación, en los comentarios. Muchas gracias por el tiempo dedicado J

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