miércoles, 22 de agosto de 2012

Somos vistos antes de ser escuchados




Para comunicar más y mejor, disponemos de unos códigos comprensibles, se trata de ser coherentes. El mensaje que queremos trasladar a la otra persona fluirá desde nuestra propia claridad en el asunto. A veces damos por supuesto que el receptor de nuestro mensaje tiene los datos suficientes para poder crear el mapa conversacional y situarse, sin embargo no siempre es así.
El feedback nos permitirá una fiabilidad de mensaje, podremos constatar que se ha entendido aquello que queríamos trasladar.
La imagen es una forma de comunicación. Dependiendo del rol al que asistimos, elegiremos un formato u otro: trabajo, casa, paseo, compras, playa, montaña... Sin embargo, algo que tenemos que llevar siempre presente en nuestra mente es nuestra actitud. Aquella parte que queremos mostrar al mundo allá donde vayamos. Ese será nuestro sello espejo, aquella sensación que generamos al otro respecto de nuestra persona. En otras palabras, la personalidad que otros destaquen de nosotros.
La PNL (Programación Neurolingüística) dispone de una herramienta muy eficaz para este respecto es el marco “actuar como si”. Se trata de vestirnos, de actuar, de ayudarnos a sentir cómo queremos mostrarnos, de manera que realmente así lo sintamos y, por lo tanto, lo exterioricemos. Es una efectiva forma de ayudar en la tarea. Esto va acompañado de nuestra intención y apuesta por que suceda. Seguramente habrás observado que no te sientes igual si llevas puesto un atuendo que si llevas otro. Hay días en los que quizás no tengamos tantas ganas de salir al mundo, que nuestro estado de ánimo más bien invite a no salir de la cama. O quizás tengamos una reunión importante en la que nuestro puesto de trabajo pueda peligrar o tengamos la oportunidad de ascender, o tal vez una entrevista para un nuevo trabajo… Son situaciones que podemos facilitar desde nuestra voluntad de aligerar esa negación, ese miedo a enfrentar aquello que nos supone un riesgo o que simplemente no nos apetece, pero sabemos que hemos de hacer, que no lo podemos evitar.


Algo que está a tu alcance, que puedes generar sin dificultades, cerca del sentido común, es facilitar a tu cuerpo un previo descanso, aquellas horas suficientes que reflejen una imagen fresca. Unas cuantas respiraciones abdominales, tu música mientras disfrutas de una agradable ducha, el maquillaje ligero y natural, ropa elegante y confortable en unos tonos afines a lo que quieres trasladar: seriedad, elocuencia, seguridad, creatividad, dinamismo…, una sonrisa de satisfacción por el encuentro con otras personas que seguramente también tendrán sus controversias mentales y una actitud de presencia activa, sin atropellos, pero con interés en lo que puedas aportar.
Una asesora de imagen, te informaría del mensaje cromático de los tejidos en contraste con tu cara: el pigmento azul indica seriedad; el rojo divertido; el rosa jovialidad; el lila intenso fortaleza y el lila más suave confianza. También de las líneas de trabajo como mensajes subliminares, en primera lectura, que ofrecemos las personas. Un aspecto vertical en el corte del traje o vestido nos indica seriedad; un escote horizontal seguridad; el diagonal dinamismo; las líneas redondeadas, sinuosas, declaran proximidad, cercanía; un formato anguloso agresividad.
La imagen es materia objetiva, se trata del conjunto de cualidades que transmite una persona o colectivo. Bien puede ser la imagen corporativa. Sin embargo, la belleza es subjetiva, es la cualidad que provoca un sentimiento de admiración y se rige por los cánones personales de cada persona. No todos coincidimos con un mismo formato, no hay estandarización. Por norma general, cuando vemos una cara redonda, el efecto que nos transmite se suele parecer a “qué mona”, si es angulosa se acerca más a “qué guapa” y si la vemos alargada, tendemos a ver más seriedad.
La imagen no se puede imponer, sólo es efectiva cuando es comprendida y asumida como propia. Para conseguir el objetivo deseado primero hemos de conocernos y ser conscientes de la imagen que proyectamos. El procurar que el mensaje sea el correcto en cada momento situación y lugar, nos llevará a un bienestar y seguridad en nosotros mismos.

2 comentarios:

  1. Qué grande eres, Mari Carmen.

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    1. ...Serán tus ojos...
      Muchas gracias Joan, desde ti todo aumenta su valor!
      Un gran abrazo ;)

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