Para
comunicar más y mejor, disponemos de
unos códigos comprensibles, se trata de ser coherentes. El mensaje que queremos trasladar a la otra persona
fluirá desde nuestra propia claridad
en el asunto. A veces damos por supuesto que el receptor de nuestro mensaje
tiene los datos suficientes para poder crear el mapa conversacional y situarse,
sin embargo no siempre es así.
El
feedback nos permitirá una fiabilidad de
mensaje, podremos constatar que se ha entendido aquello que queríamos
trasladar.
La
imagen es una forma de comunicación.
Dependiendo del rol al que asistimos, elegiremos un formato u otro: trabajo,
casa, paseo, compras, playa, montaña... Sin embargo, algo que tenemos que
llevar siempre presente en nuestra mente es nuestra actitud. Aquella parte que queremos mostrar al mundo allá donde
vayamos. Ese será nuestro sello espejo, aquella sensación que generamos al otro
respecto de nuestra persona. En otras palabras, la personalidad que otros
destaquen de nosotros.
La
PNL (Programación Neurolingüística) dispone de una herramienta muy eficaz para
este respecto es el marco “actuar como si”.
Se trata de vestirnos, de actuar, de ayudarnos a sentir cómo queremos
mostrarnos, de manera que realmente así lo sintamos y, por lo tanto, lo
exterioricemos. Es una efectiva forma de ayudar en la tarea. Esto va acompañado
de nuestra intención y apuesta por que suceda. Seguramente habrás observado que
no te sientes igual si llevas puesto un atuendo que si llevas otro. Hay días en
los que quizás no tengamos tantas ganas de salir al mundo, que nuestro estado
de ánimo más bien invite a no salir de la cama. O quizás tengamos una reunión
importante en la que nuestro puesto de trabajo pueda peligrar o tengamos la
oportunidad de ascender, o tal vez una entrevista para un nuevo trabajo… Son
situaciones que podemos facilitar desde nuestra voluntad de aligerar esa
negación, ese miedo a enfrentar aquello que nos supone un riesgo o que
simplemente no nos apetece, pero sabemos que hemos de hacer, que no lo podemos
evitar.
Algo
que está a tu alcance, que puedes generar sin dificultades, cerca del sentido
común, es facilitar a tu cuerpo un previo descanso, aquellas horas suficientes
que reflejen una imagen fresca. Unas cuantas respiraciones abdominales, tu
música mientras disfrutas de una agradable ducha, el maquillaje ligero y
natural, ropa elegante y confortable en unos tonos afines a lo que quieres
trasladar: seriedad, elocuencia, seguridad, creatividad, dinamismo…, una
sonrisa de satisfacción por el encuentro con otras personas que seguramente
también tendrán sus controversias mentales y una actitud de presencia activa,
sin atropellos, pero con interés en lo que puedas aportar.
Una
asesora de imagen, te informaría del mensaje cromático de los tejidos en
contraste con tu cara: el pigmento azul indica seriedad; el rojo divertido; el
rosa jovialidad; el lila intenso fortaleza y el lila más suave confianza.
También de las líneas de trabajo como mensajes subliminares, en primera lectura,
que ofrecemos las personas. Un aspecto vertical en el corte del traje o vestido
nos indica seriedad; un escote horizontal seguridad; el diagonal dinamismo; las
líneas redondeadas, sinuosas, declaran proximidad, cercanía; un formato anguloso
agresividad.
La
imagen es materia objetiva, se trata del conjunto de cualidades que transmite
una persona o colectivo. Bien puede ser la imagen corporativa. Sin embargo, la
belleza es subjetiva, es la cualidad que provoca un sentimiento de admiración y
se rige por los cánones personales de cada persona. No todos coincidimos con un
mismo formato, no hay estandarización. Por norma general, cuando vemos una cara
redonda, el efecto que nos transmite se suele parecer a “qué mona”, si es
angulosa se acerca más a “qué guapa” y si la vemos alargada, tendemos a ver más
seriedad.
La
imagen no se puede imponer, sólo es efectiva cuando es comprendida y asumida
como propia. Para conseguir el objetivo deseado primero hemos de conocernos y
ser conscientes de la imagen que proyectamos. El procurar que el mensaje sea el
correcto en cada momento situación y lugar, nos llevará a un bienestar y
seguridad en nosotros mismos.
Qué grande eres, Mari Carmen.
ResponderEliminar...Serán tus ojos...
EliminarMuchas gracias Joan, desde ti todo aumenta su valor!
Un gran abrazo ;)