martes, 29 de septiembre de 2009

Steve Jobs, el creador de Appel


Ya hace tiempo que llegó a mis manos este video, es totalmente potente en cuanto a hacernos reflexionar.
Explica su historia sobre 3 puntos:
  1. Conectar los puntos: pasado - presente, donde reflexiona que el pasado sirve como "retrovisor" de nuestras vivencias actuales, claro está, lo explica cuando ha sido capaz de "traducir" cómo la vida nos presenta situaciones que, en el momento no somos capaces de encontrarle sentido. Diez años antes de crear Appel había estudiado tipografía en la universidad, entonces no lo entendía, pero llegó el momento de aplicar esos estudios que no parecían corresponderse con su futuro. Con esta experiencia, potenció su confianza en que "todo tiene sentido, si haces caso a tu corazón".
  2. El amor y la pérdida. Todo lo que había sido el centro de su vida se cayó. Eso le hizo cuestionarse, revisar, meditar...y volver a levantarse con energías renovadas llenas de confianza.
  3. La muerte. En este punto, nos presta una realidad contundente, con una chispa de humor: "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón". Todo lo que nos rodea se desvanece ante la muerte: vergüenza, miedo, fracaso...recordar que vas a morir es la forma para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. La muerte es el mejor agente de cambio de la vida, retira lo viejo para hace sitio a lo nuevo. Nuestro tiempo es limitado, no lo gastemos viviendo la vida de otro...
Esta frase constituye una situación diaria en la que nos restamos atención a nosotros mismos, mediante críticas, juicios hacia otros y cotilleos de toda clase, -por ej. algunos programas de TV- que no nos aportan herramientas para edificar nuestra vida, más bien nos privan de ella, siendo que al final vivimos las vidas de otros.
Esto me recuerda un cuento en el que un forastero, preguntó a un anciano del pueblo, qué clase de tragedia había habido con los niños del pueblo que estaba el cementerio lleno de tumbas que no superaban los 12 años de edad. El anciano le comentó que los años que indicaban las tumbas, eran los resultantes de los anotados de cada habitante, en su libreta de "los días felices vividos". Al parecer, desde niños ejercían ese apunte hasta que morían, pero la mayoría de ellos habían muerto ancianos con más de 80 años.
Da que pensar en el mensaje del cuento, se parece a cuando salimos de una tragedia bastante ilesos y, nos prometemos enmendar nuestros actos, nuestra vida, del caos subimos a la conciencia más sutil, a la humildad, al apreciar todo lo que nos ofrece la vida,..., a volver a empezar con otra visión, sin quejas, con la certeza de que tenemos otra oportunidad y no vale la pena malgastarla.
¿Qué tal si comenzamos a rellenar nuestra libreta de días felices?

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