jueves, 24 de enero de 2013

Atrévete a soñar . Parte 1

Cuando edificas en tu mente, lo proyectas en tus actos (actitud, acciones). Si piensas constructivo, te das permiso a soñar, te estás dando la oportunidad de que sea posible.
Ya sé, nos han educado para: esto no se hace, esto no se dice, quién te crees tú... Cuando me comentan esta serie de limitaciones reales (forman parte de nuestra realidad, mientras las sigamos sosteniendo y alimentando), pues están dentro de nuestro campo energético, de esos mensajes bloqueadores que se han ido insertando en nuestra mente y que nos bloquean para realizar acciones que tan fáciles son para otros, a los que tal vez veamos menos preparados o con menos ventajas que nosotros.
Tal vez te veas reflejado en estas palabras, sientas cercano lo que te estoy diciendo. Pues no te voy a dejar así, voy a mostrarte herramientas con las que puedas saltar otro escalón, nivel, o quizás estés muy inmerso y prefieras poner en manos de un profesional experto en cambios para asegurar la tarea. Si llevas tiempo intentándolo, no te canses, dáte las oportunidades que sean necesarias, estás viv@, por lo tanto siéntelo así. El conformarnos viviendo a medio pulmón no es garantía de satisfacción. Muchas veces propongo en mis cursos y sesiones de coaching grupal y personal qué es lo que te gustaría pronunciar, legar o escribir en tu recta final. Sin pretensiones de trasladar la mente a algo que nos pueda asustar, nuestro final corporal, sino, con la propuesta de poner conciencia. Cada día cuenta para volver a iniciar, mientras estamos en el juego, podemos jugar!
Puedes cambiar el discurso y modelarlo, desde ya mismo, a tu manera. Sólo lo has de desear, ilusionarte y darle la vibración necesaria (sostenerlo), caminando con ese compromiso necesario para que se realice.
Dependiendo de los valores de cada uno, intrínsecos a cada persona, te muestro unos ejemplos:
Ha sido una madre/padre ejemplar, amante de sus hijos. Esposa/o impecable, siempre resuelta/o en pro de la familia. Ejemplar profesional, siempre haciendo equipo con sus empleados y colegas. Maestro/a respetado/a, querido/a y valorado/a. Médico cercano/a y entregado/a. Llevó su vida con amor y propósito hacia el bien común. Mediador/a resuelto/a en todo cuanto se vinculaba. Disfrutó de la vida a tope y respetuosamente, sin pisar a nadie y aportando felicidad. Siempre feliz y dispuesto/a para los otros, etc.
Todo esto surge de una reflexión, que puede ir cambiando a medida que avanzamos en nuestra madurez mental (no cronológica, lo cual no asegura crecimiento).
Con el siguiente vídeo, puedes ver un ejemplo útil:
Claro, puede que te quedes con la anécdota y pases página tal y como la habías comenzado, osea continuar igual...
Hay más, mucho más. Te presento una pequeña historia de un joven muy cercano, al que vi nacer y he estado presente, junto a su madre y abuelos en sus pasos por la vida.
Marc, de 22 años, no se sentía motivado por los estudios convencionales. Ya desde pequeño, no encontraba sentido a lo que la enseñanza reglada obligatoria proponía e imponía para unas mínimas oportunidades profesionales y de cultura. (Vemos en muchísimos casos de jóvenes con varias carreras la frustración real por incumplirse esta promesa social, después de sus esfuerzos...)
Incluso comenta su madre que estando embarazada le serenaba mucho escuchar música, y sonríe viendo sus efectos!!!
Nacido en una cuna humilde, de trabajadores, Marc no disfrutaba de ventajas económicas para realizar su sueño. El amor de su madre y abuelos, más allá de los dictámenes sociales de "lo que debe ser", apostaron por facilitarle clases particulares de guitarra, siendo su implicación diaria e ilusión totales. El sueño de Marc, que os muestro hecho realidad, ha sido grabar un vídeo. Para que fuera posible económicamente hablando, al tiempo que sentirse plenamente responsable, inició búsqueda activa desde su talento, y varios locales aceptaron ceder un espacio para que amenizara con su música. Todo un verano de apostar por ello, trabajando, hasta que consiguió ese capital, previo investigada la cuantía. Más allá, su ilusión y sueño, tenían unos condicionantes: que su novia apareciera y las voces de unos amigos elegidos para dar profundidad a la melodía. No os digo más aquí está:
Seguro que os ha llegado, tocado. Eso es talento, sentimiento, aquello que nos llega. Cuántos habrán cerrado su corazón y alegría por esos preceptos castradores de lo que podemos y no hacer...
Tengo más, pero os lo muestro en próximos post.
Si lo deseas, puedes también mostrar esos "milagros" y compartirlos. Seguro que todos conocéis y no ha sido tan difícil. Ha sido implicarse y ser tenaz, apostar por tus valores y valía y continuar a pesar de las circunstancias e inconvenientes.
FELICIDADES, MARC !!!
Un abrazo ;)

lunes, 14 de enero de 2013

Solucionando



A veces intentamos solucionar los temas que no nos corresponden, pero que de alguna manera nos vemos involucrados y salimos un tanto perjudicados. Se parece a la anécdota del cartero del zar, al que, según fueran las noticias, le cortaban el cuello!!!
También podemos atender al dicho: entre 2 que se pelean, el tercero cobra! Es decir, no te metas en medio de dos que tienen afrontas, porque saldrás golpeado como un saco de boxeo o tal vez como un punching.


A veces, lo hacemos por amor, sin embargo, no somos conscientes de que no nos corresponde, que estamos protegiendo y mermando el crecimiento de los otros. Si no es nuestra la tarea, aunque temamos los resultados, los hemos de dejar fluir, podemos, eso sí, facilitar el proceso, pero no afrontarlo y llevarlo a nuestro terreno. Saldremos escaldados y dolidos. Muchas veces no hacemos caso a esa vocecita interior, es muy sutil. Pero a medida que avanzamos en el asunto, vemos que la situación cada vez nos afecta más, de manera que, si nos paramos a observar podemos ver nuestra propia actuación y el límite al que hemos cedido, con el cual ya no nos sentimos ilesos. Ese límite lo hemos de ir mesurando, en la medida que somos capaces de frenar y sostener la situación.
La pregunta sería ¿me corresponde? Siempre parece más fácil solucionar los asuntos ajenos que los propios, esto es un obstáculo y una postergación hacia nuestro propio avance. Hablo de situaciones en las que el amor está presente y que la emoción miedo asoma poco serena. Casos entre pareja, familia o relaciones laborales. Muchas veces algo sencillo, pero que está enquistado, intervenimos para que no aflore, pero eso no hace más que tapar una herida que sigue sangrante, por lo que duele. 


Decimos que el tiempo lo disuelve todo, pero a qué precio!!!
Si queremos avanzar, coger el coraje de ser asertivos, creo sinceramente que es la mejor apuesta. No posicionarnos en la encrucijada de que pueda ocurrir algo horrible, sino acertar con la intención de solucionar, respetando los valores de cada uno, así como sus creencias.


Para practicar efectivamente la asertividad, es necesario apartar las emociones perjudiciales, como el miedo y la rabia, para poder comunicarnos exponiendo cada uno sus dudas, sus verdades, sus opciones de solucionar. Esto es parte de la vida, parte activa, y, con cada fallo (a nuestros ojos, no a los de los demás) podremos observar nuestro avance. Tener ya una experiencia con balance a nuestro favor de una tarea resuelta desde nosotros y bajo nuestra responsabilidad. Si aún no lo hemos resuelto, pactar una solución en un plazo y con unas condiciones realizables, de manera que todo quede en paz y sosiego.
Por cierto, el aplicar los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca, nos puede servir de “as” en la manga. Y en éste orden: Sé impecable con tus palabras, no personalices, no hagas suposiciones y haz siempre lo máximo que puedas!!!

***Te recuerdo las 3 posturas habituales de reacción del miedo:
  1. Huir
  2. esconderse
  3. agredir
¿Cuál crees que es la tuya? Cuando observes tu reacción habitual, tal vez te des cuenta que, dependiendo de la situación, cambia. Yo lo he experimentado!


Buena semana J